lunes, diciembre 25, 2017

Yo converso, tu conversas, nosotros conversamos

Termino el año mirando quizás lo más importante en que he participado, que son los grupos que he facilitado y un grupo en que participo desde hace 87 encuentros, de 7 amigos que ayudé a conformar y semi facilito.

Nos hacíamos la pregunta ayer con Carmen Pinto, acerca de qué era lo que hoy hace falta; conversar, coincidimos. Y eso es lo más importante que se hace y se aprende a hacer en los grupos.

que importante es el lugar del encuentro
El grupo de los 7 amigos es una instancia de acompañamiento de vida, de escucharnos de verdad y de conversar, dándole a cada uno, sin excepción, el espacio para que se exprese hasta que diga, terminé. Hemos extinguido prácticamente las interrupciones.
Hablamos por turnos, casi en una especie de ritual, pasándonos la palabra unos a otros, en que el que terminó de hablar dice quien sigue, muchas veces. Este esquema permite eliminar los juicios relativos a lo que dijo el otro, lo que profundiza enormemente la aceptación de las posiciones divergentes, distintas.
Celebrábamos, en el último encuentro del miércoles recién pasado, que habíamos podido hablar de política, a tres días de las elecciones de la segunda vuelta, con acaloramiento incluso, pero con respeto, acogida y espacio de expresión para todas las posiciones, que eran diversas.

En cuanto a los grupos en las empresas, el aprender a escucharse atentamente, incluso con atención a la afectividad del intercambio, no interrumpir, dejar hablar hasta que diga la persona que habla todo lo que tenga que decir, y así lograr conversar de buena forma, es valorado por todos los miembros del espacio, sin excepción.
Siempre comienzo con las presentaciones, pues trabajan juntos, a veces desde hace años y no se conocen bien. Y siempre esta instancia de presentaciones, produce alto impacto y deja al grupo de otra forma.

buena transmisión sináptica
Participo además en Desafío de humanidad, como Jefe de Grupo, en donde la práctica está más estructurada, en tres tiempos, con un invitado especial por encuentro, que presenta en general un testimonio de vida y en qué anda por estos días. De ahí se desata la conversación. Instancia potente de encuentro, de compartir y de acompañarse.

Conversar parece ser una actividad que todos saben hacer, pero no es así. Hay muchos impedimentos que no permiten lograr buenos niveles del intercambio. Y existe hoy en día, un ámbito, al que llaman de tecnología social del conversar. Se ha indagado mucho y se ha aprendido mucho, de niveles de conversación que quizás muchos desconocemos.

Partiendo por el escuchar. Pero si nadie escucha a nadie, es la frase que escuchaba el otro día de Giorgio Jackson, de lo que pasa en el Congreso. Nuestros próceres, de las cámaras del Congreso, no conversan, pues ni siquiera se escuchan. Qué nos queda para nosotros ?

Esta cosa de tener la razón, es otro tema. La gente cree que porque estuvo ahí y lo vió, incluso lo experimentó, la cosa ES. Si conversamos, convencidos de que tenemos la razón, que la verdad está de nuestro lado, si el otro dice algo distinto, está mal y simplemente lo descalifico y no lo sigo escuchando.
Para aprender a conversar hay que cuestionar este paradigma del tener la razón o la verdad; cosa nada de fácil.

Los juicios, son otro fenómeno que debiera desaparecer de las buenas conversaciones. Están tan arraigados, aparte de confundidos con las afirmaciones, que se requiere un trabajo arduo para reducirlos, partiendo por los prejuicios.
Los juicios son acciones que hacemos en el lenguaje, que crean realidades, tenaces.

Muchas conversaciones se centran en la argumentación desde la racionalidad. Vivimos una época en que la racionalidad reina, gobierna. El que da el mejor argumento, con mejor calidad de la información, vence.
No miramos las emociones que están en juego, ni menos accedemos a la intuición. Estás dos dimensiones, de las emociones y de la intuición, son fenómenos que ocurren a nivel grupal, a nivel del organismo que puede llegar a ser el grupo.

Vivimos tiempos complejos, de alta confusión, en que la racionalidad no alcanza, no da el ancho.
Necesitamos acceder a otros espacios, tanto de nosotros mismos, como grupales. Necesitamos aprender a sentir, conectar, con lo que quiere emerger en una determinada situación. Ello requiere avances importantes en la calidad de la atención, incluso la conciencia, con ejercicios de mindfulness incluso, para ir más allá en lo que un grupo puede generar.

Y efectivamente, de una conversación grupal puedes salir agotado, energizado o incluso, en el nivel más alto de conversación, transformado.

El foco de mi oferta para este año 2018, estará en ayudar, facilitar, que los equipos de trabajo, los grupos, aprendan a sostener mejores niveles de conversación. Estoy convencido que los equipos que conversan bien, trabajan bien; e incluso son más creativos.

Y lo mismo para las personas. Las parejas que conversan bien, tienen más posibilidades de prosperar.
Muchas veces he escuchado a personas de los grupos que me dicen en privado: esto que estoy aprendiendo aquí, me está sirviendo para mi relación de pareja, pata la relación con mis hijos.

Mejorar la calidad de como conversamos, es el tema con que entro al año 2018.

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